21 mayo 2005


CauSaS..



Veamos, desde que existe este maravilloso invento llamado Internet a todos nos han llegado “n” número de mails para apoyar diferentes causas, las hay de todos tipos, de amistad, de religión, desprestigio de marcas, apoyo a “x” enfermedades, etc, etc, y cada uno de nosotros decide que causa es la que quiere apoyar, no tengo nada en contra de quien manda los mails solicitando apoyo para “panchita” que tiene sepa q enfermedad, siempre y cuando no me los manden a mi!! Esta es una causa que a mi no me interesa apoyar, tal vez porque se que es imposible rastrear todos los mails y donarle $.00001 a su cuenta por cada mail que mandes o tal vez porque simplemente me parece un chantaje sentimental, tampoco me interesa apoyar aquellas causas en las que te piden que mandes una oración a otras 45 personas y no porque me de vergüenza que el mundo se entere (o confirme) mi religión, simplemente porque yo no soy la “santa inquisición” como para obligar a nadie a hacer una oración por mi o por quien sea, quien quiera hacerlo que lo haga de corazón; tampoco me interesa decirle a la gente que no tome refrescos en lata o que no coma sopas maruchan, cada quien es libre de hacer lo que quiera, por lo tanto esas causas no cuentan nunca con mi apoyo!!!

Alguien me preguntó: entonces... que causas apoyas?? Bueno, pues apoyo todas esas causas que buscan parar alguna injusticia, dignificar el papel de la mujer o simplemente distraerte un poco del estrés diario, claro ejemplo, cuando me llego aquel mail que contenía una liga para firmar y buscar la amnistía de las mujeres que morían lapidadas lo mandé a cada contacto que tenía en mi lista, mando chistes y tonterías a mis amigos cada vez que puedo, escribo en este blog una sarta de tonterías que sirven para que yo me desestrese y para que los demás se rían o simple y sencillamente pego textos aquí como el que sigue... estas son causas que si me interesan, con las que me identifico y que a mi muy particular punto de vista tienen importancia suficiente como para que yo utilice 5 minutos en reenviarlas y/o comunicarlas.... así que si me preguntan por qué pongo esto que sigue es simple y sencillamente porque esa es una de mis causas He dicho!!!


Elogio de la mujer brava

Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Por: Héctor Abad
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A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viragos, marimachos. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.

La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran "no más usted me avisa y yo le abro las piernas", siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo, y se quedan a medias).

A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan, y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan, y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio, y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa, y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.


Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran jartas por la noche, y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.

Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros, y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar, y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.


Somos animalitos todavía, los varones machistas, y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes, y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza: nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.

2 Sopadencias:

At 11:14 a.m., Anonymous Anónimo el sope dice:

exacto, esas somos las mejores, y que chi.... el que no esté de acuerdo
ARZR

 
At 5:35 p.m., Blogger Bellota el sope dice:

bien dicho vicios!

 

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